domingo, 23 de julio de 2017

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Una creencia común es que las ciencias son difíciles de entender, en particular las denominadas “naturales”. En realidad, todas las ciencias –desde la Física hasta la Sociología– son naturales y susceptibles a ser tratadas mediante una metodología racional. Lo único que cambia en cada disciplina es el objeto de estudio. Así, mientras que el objeto de la Física es el universo de la materia y de las fuerzas, el de la Sociología es el universo de los grupos humanos.

Independientemente del objeto de estudio, los científicos son ante todo comunicadores de resultados. El lenguaje que usan es abreviado, repleto de símbolos y acrónimos, y por lo tanto críptico para un público no especializado; pero esto no es exclusivo de las ciencias pues ocurre en otras disciplinas del conocimiento, como en la música. Sin embargo, así como no es necesario conocer las notas escritas en un pentagrama para entender y valorar la música, tampoco es requisito esencial conocer en detalle el lenguaje de la ciencia para comprender y disfrutar sus alcances.


La ciencia, al igual que la cultura, el arte, la literatura y la música es una disciplina del conocimiento fascinante que está relacionada con la vida cotidiana de todas las personas. Desde el universo hasta las costumbres culinarias, el habla, el envejecimiento, la música y las relaciones que tenemos con el “mejor amigo de los humanos”; el perro, tienen un componente científico que usualmente permanece desapercibido, y sin embargo, cuando este es revelado por la ciencia, sorprende por su coherencia y vínculo con la realidad.


Los temas de este blog son abordados desde una perspectiva actualizada sin abusar de la especulación. Al fin y al cabo, de eso se trata la ciencia: develar la verdad escondida en la intrincada naturaleza de las cosas. Como bien lo mencionaba el poeta y prosista español Antonio Machado (1875-1939): “La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”.


Edgardo Moreno